Avanzó así entonces ese mundo y todos los desarrollos que las sociedades habían contemplado y, también, no podían dominar. Las mentes desarrolladas veían como sus capacidades caminaban hacia la inhibición y se prohibieron, así mismos, mantener una actitud (probo-activa) hacia sus semejantes. Naciendo así una casta que no trepidaba en forzar a los sistemas a internarse en la corrupción y el “matonaje” planetario.
Siempre estaban observando como Plantea se desarrollaba y hacia donde apuntaban los castrenses y las huestes del mercado. Ellos sabían que la condición química era la que predominaba en los seres del planeta y tenían controlados todos los servicios que abastecían de químicos al orden social.
No fe hasta que supieron que existía un nuevo benchmark, que la situación cambiando radicalmente. El proyecto CADI ya se había desbordado y los aspectos materiales como los virtuales, ya estaban siendo manejados por corporaciones de la más alta esfera. Sin lugar a dudas que los tan buscado segmentos dentro de UNO se estaba volviendo una realidad y la carrera ya se había declarado.
Claro está también que se intensificó la búsqueda del dominio de los mares y su sometimiento. Declarar todos los espacios de la corteza planetaria y fijar sus portentosos navíos sumergibles próximos a las placas tectónicas para dominar el movimiento en la superficie. Tales industrias demandarían, en sus cúspides de funcionamiento, todo cuanto las mentes avanzadas pudieran entregar de lo que dominen. Todo ya estaba encajando en el complejo puzzle que comenzaban a cruzar los habitantes del planeta Plantea G.
Cabe señalar que sus escrituras cobraban valor a cada momento que se sucedían hechos de una connotación planetaria. Como si los eventos tuvieran una correlación única con lo escrito.
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