Al saber de las posibilidades de Creación de los primeros CADI, los castrenses ya sabían que en algún momento ello llegaría hasta las huestes del consumo. No obstante, esa creación daría paso a todo lo que se pensó para la portentosa y más grande de las aventuras del ser humano: la exploración del Universo.
Las más extensas ramas del militarismo ya comenzaban a escribir y elucubrar cuanto poderío podrían arrastrar hasta el planeta Plantea G y de todo lo que se comenzaría a desarrollar en las profundidades de los mares, sostenedores de la vida del humano y las demás criaturas. Además, la sabiduría entregada por los sistemas ultra revolucionarios y el desarrollo de procesos, estaba entregando sendas capacidades de manipulación de los eventos climáticos y telúricos de Plantea.
Los desarrollos para las sociedades se estaban viendo como un parangón de interminables brotes. Sin embargo, esos desarrollos y avances todavía estaban arrojando errores en su aplicación y vastos sectores de la población humana y salvaje estaban sufriendo el deterioro, mientras otras prevalecían a un ritmo sostenido.
Los grandes líderes ya habían sido instruidos en el nuevo contexto que los comenzaba a dominar. Y la carrera por avanzar al domino de tales efectos, no se dudó ni por un segundo. Los mares debían ser dominados y escudriñados hasta lo más profundo de la corteza de Plantea G, dado que las guerras termonucleares ya se habían declarado en pro de alcanzar el último bastión para la Vida.
CADI debía comenzar a desarrollarse y las pruebas se realizarían en los nuevos escenarios que se desencadenarían del nuevo contexto que pronto absorbería a toda la vida conocida en Plantea G.
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