Se hacía preguntas cada vez más intrincadas acerca de su entendimiento con el entorno y todos sus conos de cimientos. Al entenderse como un individuo muy favorecido que se mantenía a resguardo de las inclemencias de la sociedad, por su familia y, también, por la fluidez de comunicación. No obstante, le preocupaban los demás. Esos que no se hacían preguntas y vivían como se les había trazado el molde; que tampoco obtuvieron los beneficios de una familia y estudios en alguna área. Todo ello lo acongojaba y más portentosamente cuando entendía que su sociedad tampoco era una de las más emblemáticas en Plantea.
La red había logrado darle mucho. Entendió de una vez por todas que muchas de las cosas que están dictadas como ciertas tenían que ser llevadas, nuevamente, a averiguación. Las historias servían para un fin en específico y las sociedades estaban muy cómodas con lo que se les había presentado como realidad consumada; sin embargo, todo estaba cambiando y las comunicaciones lo inundaban todo. Creyó, firmemente, que había llegado el tiempo para que su sociedad obtuviera una nueva forma de apreciación de lo que se le había inculcado, desde hacía muchos años, como sacra vedad.
Mientras avanzó el tiempo, miró con detalle como un sistema de operaciones estaba siempre con ellos. Las ventanas se mantenían en constante renovación y proseguían sus desarrollos. Paralelamente corrían otros sistemas de administración para los computadores; sin embargo, ya estaba demasiado expandido el pro-grama Ventanas del señor Portales. Con él, había que convivir y sus dominios alcanzaron a los sistemas administrativos generales de todas las oficinas y departamentos de las empresas, al igual que en los hogares. Existían si precursores del software libre y del uso de sistema de operaciones distintos como el del pingüino, pero eran los más pocos dado que la mayoría de la población ya estaba captura y ella replicaría el uso.
Al entender su incapacidad de opción, Héctor escogió zambullirse dentro de lo que tenía permitido –él reflexionó-.”Si ya estamos en esto y existirán muchos de ésta nación trabajando que uno en específico, será mejor entenderlo a cabalidad para poder asistir a la gran mayoría cuando sea el momento de emprender y sostener los direccionamientos a los cuales someterán al proletariado. Sin siquiera desmerecerlo, sus reflexiones lo habían llevado a concebir que el gran grueso de la ganancia de sus desarrollos no estaba en el “descreme”, sino en la más amplia brecha de mercado conocida.
El trabajo que se estaba proponiendo Héctor estaba dirigiéndose a uno de los más complejos escenarios para su vida. Observó que de las cosas simples que conformaban la vida, ellas estaban sostenidas por confusos planteamientos que autorizaban otras complejas redes sustentadoras de los enjambres sociales más grandes y más elucubrados: La política. Siendo así, y manteniéndose en sus ideales comenzó a realizar búsquedas y más búsquedas, especializándose en un área que hasta él concibió como la utopía de las utopías: la manipula-sion.
¿Cómo podía ser que todo cuanto uno sabe, cree y reflexiona es más bien una construcción de unos cuantos en pro del orden y el control? Elementos constitutivos de generaciones extintas y desconocidos en las recién pasadas, pasaba a conformar parte de la estructura rígida modeladora de la gnosis actual. Constantes como la esclavitud seguían palpables, más no así, demostrables. Las erudiciones estaban siendo desmanteladas y los mismos que las sostuvieron, ahora, las negaban pasando a refutar nuevas y favorables convicciones para mantenerse en la cúspide de sus verdades.
En todo caso, para Héctor había llegado el tiempo en dónde el Galileo impactaría de lleno al orden que no estaba en conformidad con sus indicaciones de hacían ya veinte siglos. Aunque la Red de redes había sido concebida con fines bélicos, era ella la que tenía la capacidad de hacerlo entrar –al Galileo obviamente- como lo había indicado hacían 2000 años físicos, en el pasado. Se cumplía la máxima de estar cuando el fin de los tiempos acaeciera él cual, bajo estricta convicción de Héctor, había ocurrido en el año 1993; tiempo cero e inicio de la aceleración 7X1.
Fijate.
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