El hecho de compartir con una amplia gama de seres, me ha dado la posibilidad de aproximarme hacia ellos y escucharlos mientras expresan sus verdades y creencias. En medio de todas ellas, está el conocimiento y debate de una pasión la cual, en vez de traernos a una certeza mayor de los eventos que nos moldean, lanzan a todos hacia una euforia que se alimenta de lo vivido, observado y comentado por los MMM (Medio de Manipulación Masiva).
El bien ponderado Fútbol, deporte de masas que mueve millones y arrastra a países y continentes, para tenerlo y manipularlo, esta vez ha hecho su juego con la conciencia colectiva de una nación pequeña. No se han quedado fuera los profesionales de los periodos que, con una agudeza informativa y capacidad de razonamiento, han impreso en los hinchados un triunfo, él cual no es tal.
Cómo poder indicarles que: mientras el Capital mundial ha generado un Tsunami, orquestado para darle paso a un nuevo esquema de papelería boyante; acá en el centro de Santiago, un día miércoles, se celebró un triunfo hasta el descollante arribo de las masas a
Bueno, en todo caso estas palabras no están escritas sincrónicamente, por el contrario, se han escrito y publicado en un operador de bitácoras digitales, con la intención que estén a resguardo de terceros que quieran corregir parte de la historicidad y opten por mantener, a los futuros, sumidos en el flagelo de una historia mal-versada.
Revisen bien este triunfo y no se olviden que este año se han desencadenado muchos eventos que estaban prestos a manifestarse. Haciendo una clara analogía con la cariñosa, pero imperfecta, caricia hecha –sin saber por quien, obviamente- a la gran masa de mi país. Regalándole un triunfo, por sobre nuestros enemigos naturales, pero no haciendo sucumbir la “albiceleste”.
La roja no le ganó a la albiceleste.
Atte.
HSQO
CIO ij
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