Desde hace un buen tiempo, los procesos por los cuales el factor de inversión especulativa que comandó la mayoría de los destinos de todo un conglomerado de naciones, abocadas al capitalismo precrisis (2008, fue el año donde se configuró la mayor inundación de capital estatal, en el sistema financiero especulativo, privado e interconectado del planeta), está siendo mermada por una naciente configuración proveniente del mundo musulmán. La creación de los “Sukuk” que impiden rentabilizar mediante la especulación en general, mediante apuestas excesivamente arriesgadas, o a través de la inversión en bienes o servicios prohibidos (como la producción de alcohol, por ejemplo)
Quizás, desde el año 2001 y su fatídica fecha, 11 de septiembre, el factor de un concepto multitudinario ha de ser conceptuado para comprender que ya ha llegado un tiempo en done las practicas de libertad, otorgan facultades para comenzar a formar una nueva ética y a practicar, desde cada individuo (las prácticas de sí), acciones que nos lleven a salir del los controles o poderes que se nos han impuesto y que hoy logramos ver con mayor claridad, nitidez y son rápidamente localizados, identificados y expuestos.
Estamos en el tiempo que se avizoró en la primera mitad del siglo pasado y que nos indicaban el Imperio maniobrando a través de las pantallas. Hoy, es fácil ver cuan controladas quedan las multitudes por la reunión mundial futbolística, que se celebra 4 años, la cual reúne a los finalistas continentales en un solo país y disputan una copa dorada.
El tubo catódico, la señal analógica y la baja definición han pasado a formar parte de la antigua capacidad, la cual entrega posibilidades para producir nuevos bienes y ellos provocar el mismo papel que los musulmanes demandan para invertir sus grandes sumas de dinero. Aboliendo la especulación y la mentira inversora como la practicó Madof y su método Ponzi.
Ahora, luego de una década de siniestros eventos desde las Torres Gemelas y su desplome televisado, en directo para todo el planeta; la invasión a Afganistán y el bombardeo con aviones que transportan cañones en su interior; La invasión a Irak y la ejecución de Sadam Hussein, ya tenemos en nuestro interior una nueva capacidad para avocarnos a nuestra realidad y detectar, a tiempo, el mismo factor por el cual nos condenan a una práctica comercial, social, cultural e ideológica macabra con un sesgo innegable de dictadura planetaria.
El nuevo páramo se podría vislumbrar, si pudiéramos enarbolar a los connotados cientistas que hemos venido estudiando a través de esta cátedra, al rango de Héroes. Un Faucault, Petit, Meyssan, Chomsky, Maturana podrían hacernos llegar a una verdadera capacidad multitudinaria que controlaría sus inversiones, condicionándolas a los nuevos productos bursátiles que se configuraron en el mundo musulmán. Tomarían conciencia por sobre la producción mediática y velarían por la no exaltación de los consumidores hacia adquisiciones compulsivas, irracionales y faltas de ética, para con una estabilidad orgánica de los mercados. Y así, podríamos obtener más respeto par con el todo que nos hace una multitud moderna y un futuro más participativo en el próximo evento social, el de los acuerdos.
Quizás, desde el año 2001 y su fatídica fecha, 11 de septiembre, el factor de un concepto multitudinario ha de ser conceptuado para comprender que ya ha llegado un tiempo en done las practicas de libertad, otorgan facultades para comenzar a formar una nueva ética y a practicar, desde cada individuo (las prácticas de sí), acciones que nos lleven a salir del los controles o poderes que se nos han impuesto y que hoy logramos ver con mayor claridad, nitidez y son rápidamente localizados, identificados y expuestos.
Estamos en el tiempo que se avizoró en la primera mitad del siglo pasado y que nos indicaban el Imperio maniobrando a través de las pantallas. Hoy, es fácil ver cuan controladas quedan las multitudes por la reunión mundial futbolística, que se celebra 4 años, la cual reúne a los finalistas continentales en un solo país y disputan una copa dorada.
El tubo catódico, la señal analógica y la baja definición han pasado a formar parte de la antigua capacidad, la cual entrega posibilidades para producir nuevos bienes y ellos provocar el mismo papel que los musulmanes demandan para invertir sus grandes sumas de dinero. Aboliendo la especulación y la mentira inversora como la practicó Madof y su método Ponzi.
Ahora, luego de una década de siniestros eventos desde las Torres Gemelas y su desplome televisado, en directo para todo el planeta; la invasión a Afganistán y el bombardeo con aviones que transportan cañones en su interior; La invasión a Irak y la ejecución de Sadam Hussein, ya tenemos en nuestro interior una nueva capacidad para avocarnos a nuestra realidad y detectar, a tiempo, el mismo factor por el cual nos condenan a una práctica comercial, social, cultural e ideológica macabra con un sesgo innegable de dictadura planetaria.
El nuevo páramo se podría vislumbrar, si pudiéramos enarbolar a los connotados cientistas que hemos venido estudiando a través de esta cátedra, al rango de Héroes. Un Faucault, Petit, Meyssan, Chomsky, Maturana podrían hacernos llegar a una verdadera capacidad multitudinaria que controlaría sus inversiones, condicionándolas a los nuevos productos bursátiles que se configuraron en el mundo musulmán. Tomarían conciencia por sobre la producción mediática y velarían por la no exaltación de los consumidores hacia adquisiciones compulsivas, irracionales y faltas de ética, para con una estabilidad orgánica de los mercados. Y así, podríamos obtener más respeto par con el todo que nos hace una multitud moderna y un futuro más participativo en el próximo evento social, el de los acuerdos.
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