domingo, junio 15, 2008

Plantea G, 17M, La Llegada.

Reunidas la huestes de los Melkos, estos ya contaban con sendos parámetros para aproximarse a Plantea G -denominación con el cual sindicaban al plantea gravitacional de excelencia-. Habían dado instrucciones para que se midieran las densidades a las cuales estarían afectados y los Trategios eran los indicados para hacer aquellos estudios. Dado que, mientras se viajara hasta el cubante prisión, todas las gamas de los bondadosos debían estar adecuadas para actuar cuando se llagara al planeta destino.

Densidad molecular adecuada para que los deslizadores tuvieran vuelo y desplazamiento vertiginoso dentro de la atmósfera; capacidad de levante de las cortinas repelentes y autonomía para que las unidades almacén estuvieran en funciones mientras los bondadosos hacían su trabajo con los últimos, era tarea de los Trategios contemplar. Debiendo diseñar, mientras el desplazamiento se manifestara, el controlador y deflector de tiempo específico para que Miguel de Nebadón estuviera presente mientras las huestes del padre trabajaban.

Los Centinelas estaban más que eufóricos con su eventual participación en el cubante 1.235.980.098,98:98. Desde hacia mucho tiempo que las comunicaciones celestes y las sinfonías paradisíacas emitían esta serie de números. Ellos, como sección de amplio desplazamiento y destinación universal, conocerían por primera vez el asedio de una atmósfera planetaria y verían a los bondadosos trabajar bajo la dirección del insigne estratega del Padre, Miguel de Nebadón. Además medirían sus fuerzas con el amplio y denso ejército de los Subyugadores.

Siendo así como se presentaba el evento más significativo en el centro de los universos del los sistemas evolutivos, los sonidos de anunciación comenzaban su transmisión. El universo entero se remecía ante la gran estridencia que significaba cuando el Padre encomendaba a su hijo, en segunda instancia, para conducir un nuevo rescate de sus más excelsas creaciones.

Las transferencias de información no se hicieron esperar y los universos reaccionaron, llegando la transmisión a Luz Bell. Campana de luz entendía así que pronto llegaría a Plantea G un destacamento, encomendado por el Padre, para rescatar a los últimos que sufrían y padecían ante los mundos que él configuraba, constantemente, para el humano. Entendía que se sucedería una inminente extracción y ello no podía permitirse a gran escala por que en los tratados que él había sellado, le aseguraba a los primeros que las intervenciones celestes no tendrían efecto en la concordancia de los mundos planteados.

Mientras, en los dominios del Padre, Critor y Cador recibían sus encomiendas de parte del mismísimo Miguel de Nebadón. A ellos, el insigne hijo, daba expresas indicaciones para cuando comenzara la extracción en Plantea G. Estarían asistidos por un gran contingente de Centinelas y Trategios, pero… Miguel siempre tenía contemplado a los humanos evolucionados para las tareas más precisas y les presentó al grupo de choque e intervención de la configuración; con ellos, estaría asegurado y contemplado un éxito rotundo de la encomienda de extracción y corrección.

Sonaron, entonces, las campanas en los dominios de Luz Bell y ello no dejaba dudas que la bondad se aproximaba al cubante prisión. La subyugación se aprestaba a dar una férrea oposición, a todos los campos de acción de los Bondadosos y mantendría a sus trofeos poseídos y capturados para que no abandonaran su condición y manifestación. La lucha, de por sí, se contemplaba como la más monumental que se sucedería en la Zona de Santania, Ama Zona.

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